domingo, 30 de mayo de 2010



Cada día el sol nos recuerda
que su luz es sólo una caricia prestada.
La noche desencadena la voracidad de los relojes,
las estrellas no son suficientes
y debemos llevar el pan y la luz
para sobrevivir al desierto,
atravesar descalzos y ciegos
sobre la eterna ceniza
de los segundos derramados,
esperando que las aves anuncien
que aún existimos.


Abril 2010

sábado, 15 de mayo de 2010


Esta es una ciudad sitiada,
rodeada por las piedras de un sepulcro.
Al caer la noche la muralla parece derrumbarse,
la oscuridad provoca un espejismo liberador,
gracias al sueño adivinamos que existe el mar.

Durante el día los simulacros nocturnos
intoxican a las máquinas,
éstas responden con odio,
sabotean los deseos del aire,
los pájaros se estrellan contra el cielo mineral,
desilusionan a los participantes del desfile.

Todos estamos sordos,
el asfalto es el único que habla,
caminar es un acto pecaminoso,
la urbe se nutre de los pasos que intentan escapar,
es imposible abandonarla en línea recta,
se debe negociar con las esquinas,
desafiarles con furia vegetal.

Las ventanas vigilan nuestra rebelión,
esperan que desistamos
antes de que termine el día.

25/05/98