viernes, 6 de noviembre de 2009

GRITO HACIA ROMA

(DESDE LA TORRE DEL CRYSLER BUILDING)

Manzanas levemente heridas
por los finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elefantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.



Federico García Lorca
Poeta en Nueva York 1929-1930

New York

Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría,
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.
Yo he venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros
en las alucinantes cacerías
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre,
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones;
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.
Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la última fiesta de los taladros.
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, orinando, volando en su pureza
como los niños en las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle.
No es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados
y distancias inasibles
en la patita de ese gato
quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
Óxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
por los números de la oficina.
¿Qué voy a hacer?, ¿ordenar los paisajes?
¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
que luego son pedazos de madera
y bocanadas de sangre?
San Ignacio de Loyola
asesinó un pequeño conejo
y todavía sus labios gimen
por las torres de las iglesias.
No, no, no, no; yo denuncio.
Yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas
que no radian las agonías,
que borran los programas de la selva,
y me ofrezco a ser comido
por las vacas estrujadas
cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.

Federico García Lorca
Poeta en Nueva York 1929-1930

sábado, 24 de octubre de 2009

Lo que no es infierno

El infier­no de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo ya. La segunda es arries­gada y exige atención y aprendizaje continuos: bus­car y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno. Y hacerlo durar, y darle es­pacio.

Las ciudades invisibles
Italo Calvino

lunes, 12 de octubre de 2009

La balsa de la Medusa

Una metáfora ilustrativa del egoísmo de la oficialidad aristocrática y gubernamental de cualquier época. Nunca habrá suficientes botes salvavidas en un naufragio.

La balsa de la Medusa
(Le Radeau de la Méduse)
Théodore Géricault, 1819
Óleo sobre lienzo -
Romanticismo
491 cm × 717 cm
Museo del Louvre, París

miércoles, 7 de octubre de 2009

El estafador de abismos

Todo pensamiento debería recordar la ruina de una sonrisa.

E.M. Cioran
Silogismos de la amargura

lunes, 5 de octubre de 2009

Caín


Fernand Cormon (1845-1924)
Caín
1880
Óleo sobre lienzo
Alt. 400; Anch. 700 cm.

Walking Around

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

Pablo Neruda

viernes, 18 de septiembre de 2009

"Cuanto más corrupto es el Estado, más leyes tiene."

Tácito
(Cayo Cornelio Tácito)
(c. 55 – 120).

jueves, 17 de septiembre de 2009

¡Cuan grande es entonces nuestro pecado!

"Si la miseria de nuestros pobres no es causada por las leyes de la naturaleza sino por nuestras Instituciones(sociales),¡cuan grande es entonces nuestro pecado!

Charles Darwin
Fragmento de su diario de viaje a bordo del HMS Beagle.

jueves, 9 de julio de 2009

The Grapes of Wrath

Then I'll be all around in the dark - I'll be ever'where—wherever you look. Wherever they's a fight so hungry people can eat, I'll be there. Wherever they's a cop beatin' up a guy, I'll be there... I'll be in the way guys yell when they're mad an'—I'll be in the way kids laugh when they're hungry and they know supper's ready. An' when our folk eat the stuff they raise an' live in the houses they build—why, I'll be there. (Tom Joad)

The Grapes of Wrath
John Steinbeck

lunes, 6 de julio de 2009

Everybody knows

Todos saben que los dados están cargados
Todos los lanzan con los dedos cruzados
Todos saben que la guerra ha terminado
Todos saben que los buenos perdieron
Todos saben que la pelea estaba arreglada
El pobre sigue pobre, el rico se hace más rico
Así es cómo va la cosa
Todo el mundo lo sabe


Todos saben que el barco se está hundiendo
Todos saben que el capitán mintió
Todos tienen este triste sentimiento
Como si su padre o su perro hubiera muerto

Todos hablan con su bolsillo
Todos quieren una caja de chocolates
Y un gran ramo de rosas
Todos lo saben

Todos saben que tú me amas nena
Todos saben que realmente lo haces
Todos saben que has sido fiel
Excepto una noche o dos
Todos saben que has sido discreto
Pero aún hay mucha gente que tendrás que conocer
totalmente desnudo
Y todos lo saben
Todos lo saben, todos lo saben
Así es como va la cosa
Todos lo saben

Todos lo saben, todos lo saben
Así es como va la cosa
Todo el mundo lo sabe

Y todos saben que es ahora o nunca
Todos saben que eres tú o yo
Todos saben que vives por siempre
Cuando has escrito una línea o dos

Todos saben que el trato está podrido
El viejo negro Joe aún pizca algodón
Para tus listones y adornos
Y todos lo saben

Y todos saben que la plaga se acerca
Todos saben que se está moviendo rápido
Todos saben que la mujer y el hombre desnudos
Son sólo un brillante artefacto del pasado

Todos saben que la escena está muerta
Pero habrá una medida en tu cama
Que te revelará
Lo que todo el mundo sabe

Todos saben que estás en problemas
Todos saben por lo que has pasado
Desde la sangrienta cruz en la cima del calvario
Hasta las playas de Malibú

Todos saben que todo se está derrumbando
Echa un último vistazo a este sagrado corazón
Antes de que explote

Y todos lo saben
Todos lo saben, todos lo saben
Así es como va la cosa
Todo el mundo lo sabe

Oh Todos lo saben, todos lo saben
Así es como va la cosa
Todos lo saben
Todo el mundo lo sabe


Leonard Cohen

viernes, 3 de julio de 2009

La huelga de los electores

" Los corderos van al matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el matarife que los sacrificará ni por el burgués que se los comerá. Más bestia que las bestias, más cordero que los corderos, el elector designa a su matarife y elige a su burgués. Ha hecho revoluciones para conquistar ese derecho. "

La huelga de los electores
Octave Mirbeau

jueves, 2 de julio de 2009

Teoría de la necesidad

“Todo hombre especula con el hecho de suscitar en otro una nueva necesidad a fin de constreñirlo a un nuevo sacrificio, colocarlo en una nueva dependencia y de esa manera tentarlo con una nueva forma del disfrute”.

Carlos Marx
Manuscritos económico-filosóficos , 1844

martes, 30 de junio de 2009

3 horas, 16 minutos y 30 segundos

Se supone que soy un gran poeta
y tengo sueño por la tarde,
sé que la muerte es un toro gigantesco
dispuesto a embestirme
y tengo sueño por la tarde
sé que hay guerras y hombres que pelean en el ring
sé que hay muy buena comida, buenos vinos, buenas mujeres
y tengo sueño por la tarde,
me inclino hacia el sol tras una cortina amarilla
y me pregunto donde habrán ido las moscas de verano
recuerdo la muerte tan sangrienta de Hemingway
y tengo sueño por la tarde.
Algún día no tendré sueño por la tarde
algún día escribiré un poema que encenderá volcanes
en las colinas que están ahí afuera
pero ahora mismo tengo sueño por la tarde
y alguien me pregunta -"Bukowski, ¿qué hora es?"
y yo contesto:- "3 horas, 16 minutos, 30 segundos".
Me siento culpable, me siento asqueroso, inútil, demente,
tengo sueño por las tardes,
están bombardeando iglesias, bien, eso está bien,
los niños montan pony´s en los parques, eso está bien,
las bibliotecas están llenas de libros sabios,
hay música grandiosa encerrada dentro de la radio
y yo tengo sueño por la tarde,
tengo una tumba dentro de mí diciendo
bah, dejá que lo hagan los demás, dejales que ganen.
Dejáme dormir,el ingenio está a oscuras
barriendo la oscuridad como una escoba,
me voy a donde se han ido las moscas de verano,
intenten atraparme.

Charles Bukowski

miércoles, 24 de junio de 2009

"Como moscas a los niños traviesos
somos para los dioses;
por diversión nos matan".



King Lear
Shakespeare