No aspires
a la felicidad,
Dios
puede matarte
en
cualquier momento,
mientras
duermes o
incluso
si aún no has nacido.
No es
un acto voluntario,
Él no
tiene control,
son las
secuelas del movimiento
de un
gigante, que obedece
las
plegarias de los aduladores,
desconoce
tales significados,
no
distingue, hay demasiada distancia,
sus
designios no tienen destinatario,
es como
la lluvia, sólo cae,
no
tiene elección,
brotarán
flores y ahogados
Dios
carece de memoria,
son los
exégetas quienes
documentan
sus espasmos,
selectivamente
marcan
las
páginas doradas,
repiten
sus alabanzas,
seguros
de un primitivo pacto,
distribuyen
sutilmente el mensaje
entre
creyentes y herejes,
sin
explicaciones.
Nos
resistimos a abandonar Jericó.
30 de
marzo de 1998.
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