No se
deben gastar palabras
en
mujeres con sonrisa de cristal,
para
eso existen las monedas,
es más
fácil sumar números
que ordenar
sílabas accidentales.
Lancemos
al río nuestro tributo
y
esperemos que la balanza
ponga
precio a nuestra sangre.
Hay
demasiados dioses
juzgando
nuestros actos,
debemos
aprender a fingir
y a
resistir nuestra condena.
Abril 2010
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