domingo, 14 de junio de 2015



De nada ha servido tanta sangre,
los dioses seguirán sedientos,
ninguna ofrenda logrará su perdón.

Debemos abandonar los templos,
retornar al agua y la tierra,
nacer, vivir y morir sin temor,
sin pecado concebido.

Todos los profetas mienten,
el reino de los cielos es aquí y ahora.

Encendamos una gran hoguera
para quemar todos los libros sagrados,
las falsas promesas que se derrumban
ante los cuerpos agonizantes
que aparecen todos los días
en el noticiero de las tres.
Abril 2010

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