domingo, 14 de junio de 2015


No aspires a la felicidad,
Dios puede matarte
en cualquier momento,
mientras duermes o
incluso si aún no has nacido.

No es un acto voluntario,
Él no tiene control,
son las secuelas del movimiento
de un gigante, que obedece
las plegarias de los aduladores,
desconoce tales significados,
no distingue, hay demasiada distancia,
sus designios no tienen destinatario,
es como la lluvia, sólo cae,
no tiene elección,
brotarán flores y ahogados

Dios carece de memoria,
son los exégetas quienes
documentan sus espasmos,
selectivamente marcan
las páginas doradas,
repiten sus alabanzas,
seguros de un primitivo pacto,
distribuyen sutilmente el mensaje
entre creyentes y herejes,
sin explicaciones.

Nos resistimos a abandonar Jericó.


30 de marzo de 1998.



Imagen: El Coloso, Francisco de Goya, 1808-1812. 

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